Lo primero que debemos dejar claro es que la educación musical no pretende la educación de artistas, sino que su fin es hacer florecer en el individuo emociones y vivencias de naturaleza estética.
Todas las técnicas y las corrientes pedagógico-musicales actuales se basan en los principios de libertad, actividad y creatividad. Estos principios sustentan sus planteamientos en el concepto de música activa, es decir, la música se aprende haciendo música, y en la globalización de los diferentes elementos constitutivos de la misma (ritmo, melodía, armonía) con el reto de las áreas del currículo. Con ello se pretende conseguir una educación integral.
La metodología a seguir se debe fundamentar en:
- El alumnado debe estar preparado para apreciar la belleza de la música.
- Se deben priorizar las actividades musicales creadas por el propio alumnado.
- Se ha de procurar aumentar la sensibilidad en todos sus aspectos.
Según (Oriol y Parra) la educación
musical en los países occidentales y en general europeos, toma como
puntos referenciales los siguientes principios:
- La educación musical ha de tener un carácter progresivo, acompañando al discente a lo largo de todo su proceso educativo, teniendo siempre presente sus capacidades e intereses.
- La educación musical ha de tener un carácter integral.
- La educación musical no ha de revestir la forma de una disciplina sometida a una calificación estricta de los resultados a nivel individual.
- En la metodología se atenderá en primer lugar a familiarizar al alumnado con la realidad musical y con los hechos musicales por vía experimental y participativa.
- La educación musical impartida en las instituciones educativas debe abordar todos y cada uno de sus aspectos: canto, cultura vocal, educación del oído, educación rítmica, solfeo, historia de la música, etc.
- Aparece una palpable preocupación porque la música trascienda el marco escolar y llegue a impregnar el ambiente de la colectividad, es decir, musicalizar la sociedad.
Si analizamos los distintos métodos,
observaremos que todos poseen aspectos particulares y aspectos
universales. Desde el punto de vista universal, cada método ha
aportado una conquista, que lo hace aplicable a un contexto general.
Podemos considerar como aspectos universales:
- El descubrimiento del movimiento corporal como factor fundamental para el desarrollo rítmico del individuo (método Dalcroze)
- Importancia del valor rítmico y expresivo del lenguaje hablado y su relación con el lenguaje musical (método Orff)
- La revalorización del aspecto vocal y de la expresividad y flexibilidad rítmico-melódica (método Ward)
- La utilización del folklore propio como punto de partida del aprendizaje musical (método Kodaly)
- La adaptación y funcionalidad del lenguaje musical al instrumento que el niño o niña esté manejando (método Suzuki)
- La importancia de la relajación corporal y la respiración (método Martenot)
- La interrelación entre psicología general y evolutiva y la música (método Willems)
En otro post explicaremos más detalladamente cuáles son los aspectos particulares de cada método.
Desde mi punto de vista hay que recordar
la necesidad de restituirle a la actividad musical una de sus
características fundamentales: su carácter lúdico. Es necesario
también encontrar una identidad propia, los resortes metodológicos
que se empleen deben considerarse auxiliares y no un fin en sí
mismo, en definitiva, la mejor metodología a emplear es aprender
música haciendo música.